jueves, 4 de octubre de 2012

5 calles, Pontevedra

El bar restaurante 5 calles se encuentra en el casco histórico de Pontevedra, en concreto en la calle Isabel II 23. El restaurante se llama así, porque tiene también entrada por la plaza de las 5 calles, una plaza del centro de la ciudad donde confluyen 5 de las calles más importantes de Pontevedra.

La decoración del local ha mejorado desde la anterior vez que estuvimos. Entrando por la puerta de la plaza, la barra queda a la izquierda y al final de la misma se encuentra la cocina, abierta al salón, por lo que se puede ver como cocinan. En la parte de la derecha hay unas 10 mesas de madera para comer sentado. En las paredes hay fotos antiguas de Pontevedra.


Cuando entramos había poca gente en el local (era un miércoles laborable sobre las 14:00h), por lo que enseguida nos sentamos. La camarera, una chica joven muy simpática, nos trajo la carta. Es bastante variada, e incluye todos los clásicos de la cocina tradicional gallega: el pulpo, la empanada, berberechos, chipirones... aunque por lo que nosotros íbamos realmente era por la tortilla que hacen, que es buenísima.
También tienen una carta de vinos bastante completa, centrada en vinos gallegos: albariños, ribeiros y mencía.

Lo primero que pedimos fue la tortilla, pero nos dijeron que no hacía por la mañana... que por la tarde. Tampoco tenían pulpo, lo tenían cociendo.
Aún así, como la carta es extensa, no tuvimos problema. Pedimos chipirones (8€), huevos rotos con chorizo (8€) y ternera gallega a la plancha con patatas (14€). Lo primero que nos trajeron fue la bandeja de huevos rotos, muy ricos con sus patatas caseras y con chorizo, pero en la cantidad justa para no resultar demasiado fuerte el plato. Luego nos trajeron los chipirones, fritos y rebozados, también muy buenos. Para finalizar llegó la ternera, unos filetillos pequeños hechos vuelta y vuelta, y acompañados de patatas fritas caseras, que nos gustaron mucho. 
Para beber pedimos una botella de Viña Costeira 2011, un ribeiro muy correcto y con muy buena relación calidad precio (11€)
La cuenta, incluyendo 3€ del servicio y el pan, y 2,20€ de una botella de agua, ascendió a 46,20€. Un poco más de 15€ por persona que no está nada mal teniendo en cuenta que salimos más que llenos y que tomamos una botella de vino.

Por la tarde, y con las ganas de catar la tortilla, volvimos. Pedimos dos pinchos de tortilla (4€ cada pincho) y con eso casi cenamos. Los pinchos son bastante grandes, sobre todo por el grosor de la tortilla. La hacen con trozos de jamón y chorizo, y con una especie de salsa por encima que se queda solidificada. Es una de las mejores tortillas que hemos probado. Por los dos pinchos y tres godellos pagamos 14€.

En definitiva, un bar más que recomendable. El ambiente es agradable, es muy acogedor y las camareras son muy simpáticas y atentas. La carta es variada y los precios son más que aceptables (hay que tener en cuenta que es el centro de la ciudad). Las raciones son generosas, con una por persona puede ser más que suficiente. Y la tortilla es sublime. Visita obligada para peregrinos o turistas en general que pasen por Pontevedra.

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