Nada más entrar, lo que impresiona es la barra, llena de pinchos variados, a cual más apetecible. En primer lugar, tienes que decidir donde quieres degustar los pinchos, porque tienen la terraza en la calle, una terraza cubierta, la barra, mesas altas cerca de la barra, y mesas en los pisos superiores e inferiores del local.
Como estaba bastante llena la terraza cubierta y no hacía muy buen tiempo para la terraza de la calle, nos sentamos en unas mesas altas, cerca de la barra. Elegir es bastante complicado, porque además de la barra repleta de pinchos, tienen una carta bastante amplia, que incluye típicos platos ilicitanos como pipes y carases, y otros de fusión, como el escalope de foie a la parrilla con chocolate blanco y garrapiñada.
Excelente la berenjena, un poco empalagoso el caramelo con el queso, muy rico aunque llena demasiado el foei, pobre de sabor la ensalada de salazones y riquísimo el bacalao.
De postre pedimos unas natillas caseras con galleta (3,24€), también muy ricas, y pagamos por todo 23,73€, incluyendo una caña y un refresco.
Como nota negativa, algunos de los camareros son un poco estresantes, preguntándote todo el rato si quieres algo más, o si te falta algo.
En definitiva, un sitio muy recomendable, con comida muy original y variada, que no es barato, y que no te das cuenta hasta que no vas a pagar, porque los precios de los pinchos, no aparecen por ningún sitio. Sin duda, de lo mejor que hay en Elche.
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