martes, 12 de junio de 2012

La pulpería de Victoria, Madrid

Se trata de un local de nueva apertura, al principio de la calle de la Victoria, muy cerca de la Puerta del Sol. Pasamos por delante buscando algún sitio para picar algo, echamos un vistazo a la carta y nos decidimos a entrar.

El establecimiento está dividido en dos partes. Nada más entrar, te encuentras con la barra a la izquierda y a la derecha unas mesas corridas de madera con taburetes altos, que se pueden compartir entre varios clientes. Y al fondo se encuentra el salón, con las mesas para cenar algo más formal. La decoración mezcla la modernidad del acero con la tradición de la madera en las mesas. Los espacios son muy amplios, lo que no da ninguna sensación de agobio, todo lo contrario.


El local estaba prácticamente vacío, porque era un domingo sobre las 22:00h, apenas había 4 personas. Elegimos una de las mesas de madera, y nos acomodamos en los taburetes para echar un vistazo a la carta. Mientras las mirábamos, pedimos unas cervezas (1,20€ la caña, un buen precio para ser el centro), y nos pusieron para picar un platito con un poco de jamón y queso.

La carta es amplia y variada, incluyendo típicos platos gallegos como empanada, lacón, pulpo a la gallega, pimientos de padron y otros como huevos rotos o croquetas. Además, tienen una buena carta de vinos, que va desde el Ribeiro turbio, los típicos albariños y riojas, y alguna que otra cosa que no es tan fácil encontrar en restaurantes de Madrid: tintos mencia, típicos de la Ribeira Sacra gallega.

Nos decidimos por una tapa de pulpo, pero la camarera nos indicó que la tapa es para una persona, así que pedimos una ración (13,90€) y unos huevos rotos con jamón ibérico (8,50€). Para acompañar nos trajeron pan gallego de hogaza, servido en unas bolsa de papel, muy original. Además el pan( 1€) está muy bueno.
La ración de pulpo es muy grande, quizá demasiado para dos personas. Tiene un toque picante del pimentón, un poco de aceite de oliva y el pulpo está muy blandito y muy rico de sabor. Los huevos con jamón también son bastante grandes, con tres huevos, las patatas y lonchas finas de jamón gallego. También nos gustó, aunque  estaba un poco aceitoso, aunque no demasiado.

Cuando lo terminamos, nos ofrecieron postre, pero como ya no teníamos hambre, pedimos la cuenta. Nos ofrecieron un chupito de la casa, que aceptamos amablemente. Es un detalle en algunos restaurantes que se agradece. Pagamos 28,20 que no es caro teniendo en cuenta donde está el restaurante, y que el pulpo no es precisamente un producto barato.

Recomendamos este restaurante, y seguro que volveremos a probar el lacón y los pimientos de padrón. Bien de precio, camareros amables, limpio y espacioso, y la comida con buen sabor y de calidad.


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