miércoles, 1 de enero de 2014

Madre Tierra, Toledo.

El restaurante Madre Tierra es uno de los pocos restaurantes vegetarianos que hay en Toledo. Se encuentra en la calle Bajada de la Triperia 2, al lado de la plaza de San Justo. Es el centro histórico de Toledo, desde la Catedral se tarda menos de 10 minutos en llegar andando. El teléfono para reservas es 925 223 571.

Se accede al local bajando las escaleras y lo primero que se ve es una pequeña barra a la izquierda, y a la derecha un biombo que da acceso al comedor. El local está muy bien decorado, con el techo de madera, columnas en ladrillo visto, mesas y sillas en madera. Es muy elegante y acogedor. Además es muy grande y las mesas están a una distancia adecuada.

Llegamos sobre las 14:30h un sábado y apenas había una mesa ocupada. Nos sentamos, y nos trajeron la carta. Es bastante variada, evidentemente todo comida vegetariana. Pero tiene ensaladas, pastas, arroces, platos de seitan, de tofú, pizzas... algunos de los platos son muy originales, como por ejemplo el shushi vegetal. De variedad está bastante bien, pero nos pareció un poco cara... la mayoría de los platos andan por encima de los 10€, y algunos son bastante sencillos de elaborar y con materias primas baratas.
Tienen también buena variedad de postres, todos elaborados con materias primas ecológicas, y luego una variadísima y amplísima carta de infusiones, con todo tipo de tes y rooibos.
Para beber tienen una buena carta de cervezas y de vinos, pero con los precios también muy inflados. Los tercios sobrepasan los 3.50€ y las botellas de vino todas más de 15€, cuando algunas no llegan a los 5€ en tienda. 

Pedimos tres platos para compartir: croquetas de verduras (10,90€), spaghetti cuatro sabores con bolognesa vegetal (9,40€) y Escalopines de Seitan (11,90€). Los spaghetti nos indicó la camarera que no eran 4 sabores, solo de uno, que lo habían cambiando. Para beber pedimos una botella de agua grande (2,90€) y una copa de vino de la casa (3,30€, una autentica estafa, porque era un vino de la tierra normalito).

Lo primero que nos trajeron fue las croquetas. Un plato alargado con 8 croquetas, de sabores variados: zanahoria y calabacín -
apio, lechuga y maíz - champiñón y cebolla. Muy ricas, con la bechamel muy esponjosas, nos gustaron mucho. 

Luego nos trajeron la pasta. Un plato bastante grande de spaghetti, que nos hizo pensar que con dos platos habríamos tenido bastante. La salsa bolognesa vegetal no supimos muy bien que llevaba, aunque pensamos que sería seitan. No estaba mala, pero nada especial... pasta con tomate... de hecho los spaghetti no eran integrales.

Y a continuación llegaron los escalopines de seitan, un plato también bastante grande con tres medallones de seitan rebozados, con un bol de salsa a la mostaza y una guarnición de queso fundido con cebolla caramelizada. También nos gustó. Los escalopines muy jugosos y con poco aceite, la salsa muy cremosa con su toque picante y la guarnición quizá lo peor, un poco grasienta.

Luego pedimos la carta de infusiones, y pedimos una "luz del mediterráneo" (2,90€) y una delicia de manzana (2,30€). Las presentan en las teteras de hierro que tan de moda están ahora, y tienes para dos tazas. Son infusiones con las hierbas y las frutas secas, por ese precio, no esperábamos que nos pusieran una bolsita de hornimans.

Pedimos la cuenta, y sumando el pan (0,90€ persona), ascendió a 45,40€. Nos pareció bastante caro para lo que habíamos comido, puesto que ninguno de los platos del menú incluía materias primas caras como boletus, foei o marisco.

En general podemos decir que es una de las pocas opciones que tienen los vegatarianos/as de Toledo, la comida no está mal, la carta es variada, tienes muchas opciones de vinos, cervezas e infusiones, el local es muy acogedor y tranquilo, aparte de muy bonito. Pero como parte negativa, nos ha parecido muy caro. Hemos comido en otros vegetarianos tan buenos como este, y mucho más baratos.

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