viernes, 3 de junio de 2016

L'Antico Moro, Trastevere, Roma

El Trastevere de Roma sigue siendo un barrio que aunque turístico, aún mantiene algo del encanto y sobre todo, no está tan masificado como el centro o la zona del Vaticano. Aún así, hay que tener algo de cuidado de que restaurante eliges, porque muchos son ya para turistas. La zona tiene un encanto bohemio, con sus calles empedradas, sus terrazas, sus casas llenas de enredaderas, sus pequeñas tiendas donde puedes encontrar de todo, sus austeras iglesias medievales....


Estuvimos dando una vuelta y vimos este restaurante, en la calle Via del Moro 61-62. Aunque no tiene terraza y hacía un buen día, nos decidimos porque nos atrajo en menú del día con varios tipos de pasta, que era lo que nos apetecía en ese momento. Asi que pasamos al salón, que tiene como 10 mesas. El ambiente era tranquilo, con solo un par de mesas ocupadas. El restaurante es acogedor, con la luz justa para ver pero que no moleste y las paredes están decoradas con cuadros de carteles y escenas de películas grabadas en Roma como Vacaciones en Roma.

El camarero nos preguntó si queríamos menú o carta, y enseguida se dió cuenta de que eramos españoles, y nos habló en español. Le indicamos que queríamos menú y nos indicó los platos: de primero pasta a la amatriciana, a la gricia o cacio e pepe. De segundo ensalada de radichio, ensalada de tomate o ensalada de patata. Pedimos una cacio e pepe y una gricia, y de segundo ya no quedaba radichio, así que pedimos una de tomate y otra de patata. En Italia, al contrario que en España, la ensalada se come como segundo plato, no como entrante.

En unos 15 minutos nos trajeron la pasta. Eso da que pensar que no la tienen hecha, que la cuecen en el momento. Y así fue, las dos pastas estaban realmente buenas. La cacio e pepe era pasta larga tipo spaghetti con una salsa de queso taleggio y con pimienta blanca. La gricia era pasta corta, rigatonni, con una salsa de nata con pancetta, también muy rico. Aunque hay que decir que no al nivel de la de Acassadi que habíamos probado el día anterior. El plato grande, con una ración generosa. Si no tienes mucha hambre, es más que suficiente.

Cuando lo acabamos, nos trajeron los segundos. La ensalada de tomate con rucula, canonigos y varios tipos de lechuga. Las patatine son un plato con patatas cortadas en trozos grandes y con una salsa de aceite, ajo y perejil. Nada especial, pero no estaban malas. 

De postre, que no lo incluía el menú del día, tenían algunos dulces típicos italianos, pero no pedimos nada porque estábamos llenos y además, íbamos un poco mal del tiempo. Así que pedimos la cuenta, fueron 23,50€ (11 de cada menú, más 1,50€ de una botella de agua más que pedimos).

Como conclusión, decir que es una buena opción para comer en el Trastevere más barato que los restaurantes más turísticos con terraza floreada que abundan por este barrio. Está en una zona algo menos visible, no tiene terraza y quizá por ello los precios no sean tan turísticos. La comida está buena, no hay una gran variedad en el menú y la carta tampoco es muy extensa. El sitio es acogedor y si no hay mucha gente, es tranquilo. Recomendable.


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