Jinode, restaurante Asiático

El restaurante asiático Jinode se encuentra en la calle Atocha 111 de Madrid, entre los cruces de las calles Alameda y San Pedro, más cerca de esta última. Se trata de un restaurante de cocina tradicional asiática, por lo que ofrece platos tanto chinos, como vietnamitas, tailandeses y japoneses.

Dada la estrechez de la acera en esa parte de la calle Atocha, no dispone de terraza. Si acepta el pago con cheques restaurante (Gourment, Sodex pass,...) lo cual siempre es un aliciente si disponemos de ellos. También preparan comida para llevar, incluso reparten a domicilio en la zona.

Desde fuera, el restaurante se ve bien decorado, con apariencia moderna, estilo japones. No es el típico chino con las cuadros de cascadas que se mueven y los horribles calendarios. Las paredes son blancas y están decoradas con pinturas de caracteres asiáticos, biombos y las típicas lamparas chinas. Hay bastantes mesas, pero no están unas muy cerca de las otras, lo que evita esa sensación de agobio que hay en muchos restaurantes.

Nada más entrar, nos sentaron en una mesa en la pared izquierda, nos preguntaron por la bebida y nos trajeron un aperitivo de cacahuetes y crepes con salsa agridulce. Pedimos una cerveza y agua, y nos sumergimos en la carta.

Lo primero que llama la atención es la gran variedad de la misma. En un menú de tamaño folio, tiene más de 6 páginas de platos. Empezando por los distintos menus: asiático, imperial o chino, siguiendo por típicos platos de la cocina japonesa como ensaladas de algas, maky o shasimi, de la comida china como el kubak y el arroz tres delicias, y de la comida tailandesa, como rollito thai o verduras con curry y cilantro.

Nos costó decidirnos, pero como ya era tarde y no teníamos mucha hambre, nos decidimos por un menú slección para los dos. El menú cuesta 16,95 e incluye tres platos, la bebida y el postre. De primero pedimos di-sum, de segundo un kubak especial de la casa y de tercero un variado de maki y sushi. Este menú es muy variado, se puede elegir entre más de 10 platos, tanto para entrante como para segundo como para tercero.

Lo primero nos trajeron el Di-sum variado. Son como unas empanadillas al vapor rellenas: de carne, de atún, de salmón y de gambas. En la ración vienen cuatro y no son muy grandes, pero están ricas.

Seguidamente, aunque según el menú debían sacarnos en Kubak, nos sacaron el maki y el sushi. Es una bandeja con cuatro makis (pepino, atún, salmón y lubina) y tres sushis (lubina, atún y salmón). Acompañados de su salsa de soja, su humami y su gengibre. También ricos.

Y como tercer plato nos trajeron el Kubak, al estilo chino: una bandeja muy caliente con la salsa y en la mesa te echan el arroz inflado que se va haciendo poco a poco. También estaba bueno, aunque al principio un poco duro el arroz y un poco salado. 

Como postre pedimos un helado frito para compartir. Nos preguntaron el sabor y elegimos chocolate. Y te traen una bola de helado cubierta con un crepe y la flambean con quantro. Nos gusto mucho también.

Pedimos la cuenta, y nos tocó pagar 18,75 (16,95 del menú más 1,80 del agua), lo cual nos pareció bastante barato para cenar dos personas. Desde luego la relación calidad precio es muy buena, porque a precio de típica comida china, cenas comida japonesa que es bastante más cara. Además, aunque los platos no son excesivamente grandes, no nos quedamos con hambre.

En conclusión, el restaurante nos ha gustado mucho, y seguro que volveremos. La gran variedad de platos de la carta merecen ser explorados con más calma.