Brasileirinho, brasileño en Alcorcón.

La semana pasada nos acercamos a cenar al restaurante Brasileirinho, situado en la esquina de la Avenida de Leganés con la calle Segre, en la localidad de Alcorcón.

El restaurante se encuentra ubicado en una zona tranquila de Alcorcón, y tiene terraza en la acera de la Avenida de Leganés, que es bastante ancha. El local es pequeño, alredor de 10 mesas, y lo amplia en verano con otras 8 en la terraza. La decoración del bar es moderna, combinando blanco con el verde brasileño y con las mesas decoradas con buen gusto. Las paredes están decoradas con motivos brasileños y es bastante luminoso.

Ante el calor reinante, decidimos sentarnos en la terraza, sabiendo ya de antemano que tendríamos que abonar un 10% más de los precios de la carta por el servicio de terraza, tal y como figura en la carta.

Nada más sentarnos, pedimos unas cervezas brasileñas mientras ojeabamos las cartas. Nos trajeron de la marca Brahma (2,80€ el tercio). La carta es bastante variada, no es el típico brasiñeño con las espadas de carne y alguna guarnición. Tienen una carta bastante completa, dentro de la que puedes elegir menus para 2, 4 u 8 personas, que incluyen una selección de la carta con entrantes, platos principales, postres y caipirinhas. Y luego el resto de comida a la carta: bolinhos (croquetas redondas) de varios tipos, yuca frita, ensaladas, pescados y carnes típicas brasileñas como la picanha, el frango o el chorizo criollo.

Nos decidimos por bolinhos de queso, bolinhos de carne, ensalada brasileirinho, camarao na moranga, panqueca de milho y picanha. Como era la primera vez que íbamos, no sabíamos si habíamos pedido demasiado, pero como el camarero no dijo nada, entendimos que estaba bien. Luego nos dimos cuenta que habíamos pedido mucho.

Lo primero que llegó fue el pan. Unas bolas de pan tipo baguette, pero con queso por dentro, que nos gustaron mucho a todos. Enseguida llegaron los bolinhos de charque (4,50€) acompañados de una salsa que los que probaron vieron que era muy picante y la ensalada (7€) . Los bolinhos muy jugosos, y con mucha carne dentro. La ensalada la habíamos pedido con miedo, porque llevaba gengibre y a alguno no nos gustaba. Pero como nos había indicado el camarero, el mango resaltaba ocultando casi el sabor del gengibre. La ensalada está bien de tamaño, y tiene hojas verdes, tomate, mozzarella de bufala, aguate y la salsa de mango y gengibre, también nos gustó mucho. Aquí ya empezó el problema de espacio. Una típica mesa de terraza cuadrada de metal, no es suficiente para comer 4 personas. Yendo cuatro, es mejor pedir que nos pongan dos mesas, porque si no es imposible colocar las cosas.

Segudamente llegaron los bolinhos de queijo (4,50 ricos y jugosos) y la panqueca de milho (4,50) que es un crepe de harina de maiz, relleno de calabaza y con una salsa como de nata, y trozos de maíz, que también estaba buena. Y al poco llegó la picahna (14,50) y ya fue cuando nos dimos cuenta que habíamos pedido demasiado. Se trata de un trozo de carne de buey hecho a la parrilla, y con una salsa de ajo, que hace que la carne esté jugosa, mientras está caliente, una vez que se enfría, resulta más correosa.

Y ya cuando estábamos llenos, nos sacaron el camarano na moranga (14,50) . Es una calabaza por la mitad, rellena de gambas y queso. Este plato no nos gustó, porque las gambas no estaban bien hechas, y sabía solamente a pure de calabaza, que lo hacía demasiado complicado de tragar.

Para finalizar y dado lo bien que se estaba en la terraza, pedimos caipirinhas y mojitos (5,50€). Los dos muy buenos, aunque gustó más el mojito.

Tras terminarlos, pedimos la cuenta, que ascendio a 89, 53. Tocamos a 22,50 por persona, que no está mal dada la cantidad de cosas que pedimos, incluidas tres copas. Pero quizá, para la zona de Alcorcón es un poco caro, dado que se trata de un barrio obrero.

En conclusión, un restaurante recomendable: tranquilo, buen trato por parte de camareros, la comida es de buena calidad, original (no es el típico brasileño de rodizio, que hay muchos en Madrid) y al que seguro volveremos en otra ocasión, pidiendo más con la cabeza, y menos con el estómago. ;-)