miércoles, 28 de diciembre de 2011

El café del Infante, Villaviciosa de Odón

Hace unos días, y aprovechando el menú de degustación de setas que tenían durante todo el mes de diciembre, nos dejamos caer por el restaurante "El café del Infante". Este restaurante se encuentra en la localidad de Villaviciosa de Odón, en el suroeste de Madrid, concretamente en la calle Arroyo 12.

La zona en la que se encuentra es tranquila, por lo que normalmente, no hay problemas para aparcar. El edificio en el que se ubica, es un palacio de principios del siglo XVII, y que perteneció a Manuel Godoy. El palacio es bonito, del estilo de los que se pueden encontrar por la zona del Madrid de los Austrias.

Una vez dentro, dispone de un pequeño salón, de no más de 30 comensales, y de una amplia terraza con vistas al jardín del palacio. El restaurante tiene una decoración sobria pero elegante, en la que destacan los frescos de paisajes campestres.

Nada más llegar, nos sentaron en la mesa que teníamos reservada y solicitamos el menú degustación de setas, Para beber pedimos Ramón Bilbao Crianza 2008 y agua, y enseguida nos trajeron el primer plato, las croquetas de boletus. Se trata de una pequeña bandeja, con dos croquetas con forma redonda por persona. Nos gustaron mucho, tanto por el sabor de los boletus, como por la bechamel, muy ligera.

A continuación nos trajeron el segundo plato: Carpaccio de setas de cardo altas con tapennade de aceitunas y ensalada. Al principio da la sensación de que el carpaccio tiene poco sabor, pero según vas comiendo, y mezclando con el aliño, el sabor va ganando en intensidad y originalidad.

Seguidamente pasamos al tercero, hojaldre relleno de setas variadas. Un pequeño hojaldre, relleno de shitake, cardo, senderuela y boletus, presentado con una salsa de cardo. También muy rico.

El cuarto consistió en un plato de boletus pinícola con mi-cuit de pato, que también nos gustó mucho, porque los dos sabores combinan bien y el mi-cuit estaba en su cantidad justa, para no tapar el sabor de los boletus.

A continuación llegó el plato fuerte: el solomillo ibérico con níscalos a la manzanilla. Simplemente impresionante. El solomillo se deshace en la boca, y los níscalos complementan perfectamente el sabor. Un excelente colofón, pero todavía quedaba el postre.

Aunque el menú incluía un postre por persona, pedimos solo un flan de queso para los dos, porque estábamos bastante llenos. El flan, también muy bueno, casero y con un ligero sabor a queso, muy bien mezclado con el caramelo.

En resumen, una opción muy recomendable, porque probablemente amplien el plazo del menú para el mes de enero. Son cinco platos pequeños, pero que te permiten salir más que comido del restaurante, y disfrutar de todos los sabores de las setas. Además incluye los sabrosos postres caseros, una botella de Rioja crianza, Ramón Bilbao en este caso, y el agua, por solo 30€ por persona. La relación calidad precio podemos decir que es muy buena, y que no descartamos volver.

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