En Leganés hay un montón de restaurantes chinos, pero si te apetece comer comida japonesa, lo tienes más difícil. De hecho, y hasta donde nosotros sabemos, el restaurante Sol de Leganés Norte (Avenida Reina Sofía 28, teléfono 91 496 03 17) es la única opción. Y no se trata de un restaurante japones al uso, sino de un restaurante chino, donde además se pueden degustar platos de la comida thailandesa y algunos japoneses, básicamente shusi.
Nos acercamos un domingo por la noche, durante el verano, sobre las 22:00h y el restaurante estaba vacío. La decoración es muy parecida a la de cualquier otro chino: paredes de madera decoradas con abanicos y otros motivos asiáticos, plantas, una pecera y mesas con manteles muy blancos y sillas negras. Al fondo tienen una barra de bar y al lado la cocina.
Nos sentamos en la mesa, pedimos para beber cerveza y agua, y empezamos a mirar la carta. Para picar nos trajeron un pan de gambas que estaba bueno, no sabía a fritanga como pasa en muchos sitios.
La carta es muy extensa. Además de los miles de platos típicos de restaurantes chinos como el pollo con almendras o el arroz tres delicias, incluyen una sección de comida thai (rollito thai, brocheta con crema de cacahuete, pollo a la banana o ternera con albahaca), otra de comida japonesa (basicamente pescado, aunque alguna otra cosa) y aparte los aperitivos típicos de ambas culturas (dim-sum, empanadillas al vapor, ...).
Nos decidimos por sumai de arroz (3,95€), dorada shusi(2,40€), maki variado entero (10,95€) y kubak con gambas (5,40€). Enseguida nos trajeron los palillos, la salsa de soja, el wasabi y el jenjigbre (gari).
En primer lugar nos trajeron el saumai de arroz, una especie de rollitos pequeños tipo crepe al vapor, rellenos de arroz, champiñon y salsa de soja. Los colocan en vertical y van abiertos por la parte superior. Se sirven calientes, y nos gustaron, muy ricos.
Luego llegó el shusi. Por un lado, un plato pequeño con la dorada sushi, que en realidad es nigiri de dorada (el pescado crudo cortado muy fino encima del arroz, sin alga). También nos gustó, se notaba que estaba bastante fresco. Y por otro lado el maki variado, 12 piezas de maki variado: salmón, atún, pepino y aguacate. Y algunas de las piezas mezclaban por un lado salmón y por el otro pepino, o atún con aguacate. También muy fresco y sabroso.
Cuando ya casi lo habíamos terminado, nos trajeron el Ku Bak con gambas. Con su tapete de madera, y encima el plato negro de metal con el arroz inflado terminando de cocinarse. Este no nos gustó. El arroz daba un ligero sabor como a rancio, que tapaba el sabor tanto de la salsa como las gambas. De hecho, nos quedamos con la duda de si pedir que nos lo cambiaran, pero como según ibas comiendo el sabor era más tenue, nos lo terminamos. Pero desde luego, no nos gustó nada comparado con como lo hacen en otros sitios.
Nos preguntaron si queríamos postre o café y dijimos que no. Nos trajeron un plato con trozos de sandía, invitación de la casa, que nos pareció un muy buen detalle. Y cuando pedimos la cuenta nos invitaron a un chupito, que lo pedimos de flores. La cuenta fue 24,50€, que no nos pareció nada caro.
En resumen, una buena opción para degustar sushi en el sur de Madrid, sin tener que ir al centro. Además es muy buena opción para ir en grupo, porque como siempre hay gente a la que no le gusta el shusi, en este restaurante tiene más opciones. La zona es tranquila, no se aparca mal y la gente del restaurante es muy atenta y simpática, un buen detalle ofrecer un poco de fruta y un licor digestivo. La relación calidad-precio es bastante buena.
Como nota negativa, no tiene la variedad de shusi y comida japonesa en general que tienen otros restaurantes, como el Shusi Ole por ejemplo.
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